Limpiar, aplicar un sérum y solo después, la crema. Comienza y termina tu día siempre con un breve ritual para mantener tu piel limpia y sana. La respuesta a la pregunta de cómo conseguir una piel bonita es más fácil de lo que piensas. Igual que te cepillas los dientes todos los días por la mañana y por la noche, incluye también la limpieza e hidratación de la piel en tu rutina diaria. Escoge una cosmética facial a tu medida y descubre los cuatro pasos principales para cuidar tu piel.
Paso n.º 1 - Limpieza y desmaquillado
Una limpieza y un desmaquillado minuciosos son la base del cuidado facial diario. Sin ellos tu piel no podría recibir los nutrientes necesarios y tus poros se obstruirían enseguida.
Elige un desmaquillante según tu tipo de piel. La piel grasa y mixta agradece un gel limpiador que se pueda lavar con agua.
La piel seca y sensible, a su vez, una leche o aceite desmaquillantes, que se aplican con un disco de algodón con el que se limpian todas las impurezas. Finalmente, termina de limpiar el rostro con un tónico facial y podemos pasar al segundo paso.
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Paso n.º 2 - Exfoliante y mascarilla
Al menos una vez a la semana, incorpora un exfoliante y una mascarilla facial a tu rutina diaria. Primero, elimina las células cutáneas muertas con un exfoliante, con el que mejorarás la irrigación de la piel y acelerarás su regeneración. Aplícalo sobre el rostro húmedo, masajeándolo ligeramente con movimientos circulares y, después, acláralo.
A continuación, utiliza una mascarilla con un contenido elevado en sustancias activas, que le proporcionan a la piel un cuidado máximo. Elige el tipo de mascarilla facial según las necesidades actuales de tu piel. ¿Tu piel necesita más hidratación o te ayudaría una mascarilla limpiadora negra para pieles problemáticas?
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Paso n.º 3- Sérum facial
El sérum tiene una textura más ligera y suave que una crema facial clásica y, gracias a ello, penetra en las capas más profundas de la piel. Prepara la piel para aplicar la crema y aumenta sus efectos beneficiosos.
Aplica el sérum sobre la piel limpia dando suaves golpecitos con las yemas de los dedos y deja que se absorba durante el tiempo suficiente.
A continuación ya puedes ponerte con el paso final de tu rutina diaria.
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Paso n.º 4- Crema facial
Una crema matificante para la piel grasa, una calmante para la piel sensible y una antiarrugas para las pieles maduras. La crema facial hidrata y nutre, pero también combate las imperfecciones, como el acné o las manchas de pigmentación. Basta con elegir la más adecuada según tu edad, tu problema y tu tipo de piel.
Por la mañana y por la noche, aplica la crema sobre el rostro, el cuello y el escote. Por la noche, la crema de noche, que regenera y nutre la piel mientras duermes, y por la mañana, la de día, que la ilumina, la protege contra las influencias externas y la prepara para el maquillaje. Completa tu rutina diaria con una crema especial para contorno de ojos y con un bálsamo labial, ¡y disfruta de la sensación de una piel sana y radiante!