¡Elimina el mal aliento de forma definitiva! Te contamos cuáles son las causas más frecuentes de este problema y cómo solucionarlo para que no arruine tu vida social. Muchas veces, lograr un aliento fresco es más fácil de lo que crees.
¿Cuál es la causa del mal aliento?
Cebolla, ajo, especias, café, alcohol, tabaco... todos sabemos que estos productos pueden causar mal aliento ocasional. Pero si hablamos del mal aliento permanente (halitosis), que no desaparece al lavarse los dientes, puede que haya otras causas menos evidentes.
Las más frecuentes suelen ser:
- una limpieza deficiente de dientes, lengua y espacios interdentales
- caries o sarro e inflamación de las encías
- un desequilibrio en la flora microbiana bucal
- sequedad bucal como consecuencia de la escasa producción de saliva (xerostomía) y una ingesta de líquidos insuficiente
- el ayuno y las dietas drásticas con bajo aporte de sacáridos
- el uso de algunos medicamentos (p. ej.: para la alergia, la hipertensión o la depresión)
- diversas enfermedades y problemas de salud: diabetes, infecciones respiratorias, funcionamiento deficiente del hígado y los riñones, úlceras estomacales y reflujos ácidos
¿Cómo librarse del mal aliento?
1. Elimina los malos olores de los espacios interdentales
- Cepillos interdentales: gracias a sus diminutas cerdas, atrapan hasta la suciedad más pequeña. Los hay de varios tamaños para adaptarse a todos los espacios interdentales.
- Hilo dental: es perfecto para limpiar los espacios más estrechos entre los dientes, aquellos en los que ni siquiera caben los cepillos interdentales más finos.
- Irrigador bucal: elimina con precisión toda la suciedad mediante un chorro de agua sin dañar la superficie de los dientes ni las encías. Además es ideal para la limpieza de aparatos dentales, implantes y coronas.