Un milagro a pedir de boca
El tónico facial completa la limpieza de la piel, así que deberías utilizarlo una vez te has desmaquillado y eliminado las impurezas de todo el día (una limpieza bifásica, por supuesto). Ese es el momento perfecto para el tónico. Aplica una pequeña cantidad sobre un disco desmaquillante y extiéndela por la piel. A continuación, aplica un sérum facial y una crema de noche (así como una crema de ojos).
El tónico calma la piel después de los tratamientos de limpieza, la hidrata, la exfolia con suavidad, la ilumina y la armoniza (incluido su pH), preparándola, sobre todo, para absorber al máximo los siguientes productos cosméticos. También te vendrá de maravilla cuando quieras utilizar un aceite facial, que se debe aplicar sobre el rostro húmedo. En lugar de humedecer tu rostro con agua, prueba a hacerlo con el tónico.