Límpiate bien la piel
Una piel limpia es la base. Y eso es mucho más importante en verano. Incluso los más acérrimos detractores usan, en ocasiones, una crema SPF... y luego se enfadan porque les salen granos. Pero en gran parte no es culpa de la crema, sino de no limpiarse el rostro lo suficientemente bien. Las cremas bronceadoras están hechas para durar en la piel. Hay que lidiar con el sudor, el agua, los roces... Y si no lavas bien la piel, los poros pueden obstruirse. Por eso debes utilizar un desmaquillante de calidad; lo ideal es un gel refrescante como, por ejemplo Beauty Of Joseon Green Plum Refreshing Cleanser, que desmaquilla a la perfección, limpia y deja la piel divinamente fresca.
Protégete del sol
Una piel protegida de los rayos UV es la base de la eterna juventud, por eso en el rostro y el escote siempre debes utilizar factor de protección 50. Retrasa el envejecimiento de la piel, así como la formación de manchas de pigmentación y arrugas. Para el cuerpo puedes utilizar un factor treinta, pero en el rostro es necesario uno alto. Prueba, por ejemplo, la crema ligera Frudia Sun Ultra UV Shield: protege de la radiación UVA y UVB y en la piel ni la notas. ¡Así que no te olvides de ella por la mañana!