¿Por qué probar la manteca de karité para la piel?
Seguramente ya hayas oído hablar de la manteca de karité (se lleva utilizando varios siglos para el cuidado de la piel del cuerpo), pero por si acaso no lo sabías, se trata de la grasa de las semillas del árbol de karité africano. Cuesta trabajo obtenerla, pero merece la pena. Es rica en ácidos grasos, tales como el ácido linoleico, oleico y palmítico, y vitaminas (sobre todo vitamina A y vitamina E), por lo que tiene un montón de propiedades fantásticas. Y precisamente por eso se la conoce como «el oro africano»:
- hidrata intensamente,
- estimula la regeneración celular,
- calma el enrojecimiento y la irritación,
- tiene efectos antioxidantes,
- estimula la producción de colágeno y combate los signos de envejecimiento prematuro,
- es un producto no comedogénico y está asociado con un riesgo muy bajo de sufrir reacciones alérgicas,
- producto adecuado para todos los tipos de piel.